19 de mayo de 2010

utopiste

Desde ese día en que regresó a casa descalza
ya nada era lo mismo...

Como cada viernes
se dirigió a su habitación
y sacó de bajo la cama el baúl,
Lo abrió
y extrajo, no sin antes hechar llave a su puerta,
el par de zapatillas rojas
Se calzó con ellas,
dió tres golpecitos con sus talones
y en voz muy bajita pidió:

-Por favor, llevame de vuelta al país de oz-

"Despues de eso abrió la ventana
y se acostó sin hacer ruido
a esperar el proximo tornado."

9 comentarios:

Mr. NoName dijo...

Creo que un comentario mio inspiro esto.
Cuando te dije que golpearas tus chapulinas de cristal, porque ya no estabas en la granja de tus tios en Kansas, revisa los coments.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fede Carré dijo...

si recuerdo el comentario
pero la verdad es que no me acordaba de él cuando nació esto

qué te pareció?

Liberté dijo...

Volví! tu escrito me agrada
te extraño fede!

con cariño Sotte

Matías Muñoz Carreño dijo...

Muy bueno, creo que esperaba otra cosa cuando me decias que leyera por aqui... Algo diferente, que se yo...
Me sorprendio, esta genial...

Un abrazo!

Dos abrazos!

Tres abrazos si es necesario!

Nos leemos!

(me alegra pillarte publicando, en serio)

Felipe Parra dijo...

Da tres golpecitos a los zapatitos
pero cuidado con los hombres de lata inteligentes, los de paja sentimentales y los leones corajudos
los leones

Me gustó, ingenioso, diferente por decirlo así
pero es fede al fin y al cabo
cariños

revisa que publiqué¡¡
bye

Anónimo dijo...

plagio de plagio:
zapatillas rojas

De nada le sirvió chocar tres veces los talones de sus zapatillas rojas.
Ni decir "No hay mejor lugar como el hogar".
Lo más extraño de todo era que, en vez de llevarla a Kansas, las zapatillas no dejaban de bailar endemoniadamente.

Cordelia...


lo encontré por ahí

Cordelia dijo...

Anónimo, esto es la bendita intertextualidad literaria xD

Me gusta mucho tu versión de Dorothy, ingeniosa y a la vez triste.
En cambio la mía juega con dos cuentos, el Mago de Oz y Las Zapatillas rojas (cuento de Hans Christian Andersen). Este último, debo reconocer, es uno de mis cuentos predilectos.

Un beso Fede!

Matías Muñoz Carreño dijo...

Emmm, no diré nada inteligente mientras no publiques algo más...
Un abrazo!